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Sindrome fetal de alcoholismo
 
El alcohol es hoy identificado como la principal causa ambiental de retardo mental. Es completamente prevenible, pero una vez establecido, el daño neurológico es permanente. El consumo de bebidas alcohólicas en el embarazo es un importante problema de salud pública. Los niños expuestos están en alto riesgo de dificultades escolares, problemas legales, abuso de sustancias y problemas de salud mental. Se ha informado que entre el 20% y el 65% de las mujeres lo ingieren en algún momento durante la gestación y que el 5% a 10% lo hacen en niveles suficientes como para poner al feto en algún riesgo.
Así como es difícil que la madre reporte la ingesta, también es difícil identificar precozmente al niño expuesto. Se ha estimado que la incidencia de Síndrome Alcohol Fetal (SAF) es de 0,3 a 3,0 por 1 000 recién nacidos vivos (RNV), pero el número de niños expuestos con efectos menos severos puede ser mucho mayor. Además de producir el SAF, que es el extremo más severo del espectro, el beber durante el embarazo puede resultar en una amplia gama de alteraciones que hasta hace poco se agrupaban bajo el nombre de Efectos de Alcohol Fetal y que hoy se prefiere denominar Espectro de Desórdenes Alcohol Fetal.
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Durante los tres primeros meses de embarazo, el consumo maternal de alcohol conlleva la contaminación del organismo y del ambiente prenatal que lo rodea, tal el caso del líquido amniótico. Hijos de madres alcohólicas, o de bebedoras excesivas, que no evidenciaron abstinencia durante el embarazo, son proclives a presentar distintas alteraciones durante el período antenatal, neonatal e infantil. Desde 1973 se acepta el diagnóstico "Síndrome Fetal de Alcoholismo".

En bebé con síndrome de alcoholismo fetal puede tener los siguientes síntomas:

  • Crecimiento deficiente mientras el bebé está en el útero y después de nacer.

  • Disminución del tono muscular y mala coordinación.

  • Retraso en el desarrollo y problemas en tres o más áreas mayores: pensamiento, lenguaje, movimiento o habilidades sociales.

  • Anomalías cardíacas como la comunicación interventricular (CIV) o la comunicación interauricular (CIA).

  • Problemas con la cara, como: ::ojos pequeños y rasgados con los pliegues del párpado superior que cubre la esquina interna del ojo.::cabeza pequeña::maxilar superior pequeño::surco nasolabial liso::labio superior liso y delgado

    Los exámenes son, entre otros:

  • Nivel de alcohol en la sangre en mujeres embarazadas que muestran signos de estar ebrias (intoxicadas).

  • Estudios imagenológicos del cerebro (tomografía computarizada o resonancia magnética) después de que el niño nace.

  • Ecografía del embarazo.

 

No sólo el embarazo, también la lactancia.

La interacción entre el organismo joven y el alcohol no queda circunscripta al período prenatal. Durante la lactancia, el consumo maternal de alcohol determina la contaminación de la leche, llegando ésta a presentar similar concentración etílica a la que se encuentra en sangre. El lactante exhibe alteraciones en el patrón de succión al tener contacto con el nutriente que vehiculiza al alcohol. Como consecuencia de la incorporación de la droga contenida en leche, se han observado  alteraciones en el ritmo sueño-vigilia del lactante. Asimismo, la exposición crónica al alcohol durante la lactancia repercute negativamente sobre el desarrollo psicomotor del infante.

 

Investigaciones del Instituto Ferreyra de Córdoba.

El laboratorio de Psicobiología Experimental del Instituto Ferreyra está abocado a la investigación de efectos derivados del temprano contacto con el alcohol. El empleo de distintos modelos animales permite indagar acerca de modificaciones neurocomportamentales que ejerce la droga sobre el feto, el neonato y el infante. Uno de los principales objetivos consiste en el análisis de consecuencias del temprano contacto con el alcohol sobre posteriores patrones de ingesta (consumo) y preferencia etílica. Trabajos recientes indican que el feto, próximo al momento de nacimiento, posee ya la capacidad de adquirir y retener información acerca de propiedades sensoriales del alcohol.

 

Esta temprana capacidad de aprendizaje repercute sobre patrones de reconocimiento posterior del alcohol y se articula con experiencias infantiles, dando lugar a cambios en la apetencia hacia el fármaco. Se investiga, igualmente, el proceso de distribución del alcohol en la leche materna y cómo la presencia del fármaco en este nutriente afecta el patrón de consumo y/o propiedades apetitivas del compuesto leche-alcohol. Estudios conducidos en fetos e infantes también han estado destinados a comprender el temprano desarrollo de tolerancia hacia el alcohol, presencia de períodos críticos en el establecimiento de deficiencias neurocomportamentales, detección infantil de propiedades sensoriales del alcohol por eliminación no metabólica del fármaco, etc.

 

Resultados derivados de estas investigaciones permiten hoy interactuar en un plano de investigación aplicada con neonatólogos de la Maternidad Nacional -Córdoba- en el estudio de capacidades sensoriales del neonato. El trabajo en desarrollo apunta al diseño de evaluaciones neurológicas tempranas que permitan analizar, con mayor precisión, los efectos neurocomportamentales que genera la exposición prenatal al alcohol.

Datos extraidos de:

  • Medline Plus – Información de salud para usted. Un servicio de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU.

  • Instituto de Investigación Médica "Mercedes y Martín Ferreyra" - CERIDE.

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