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Tu bebé en su primer Mes
 
Luego de tantos meses de esperar su llegada, el bebé está en casa. Debes tener confianza, aunque seas primeriza, en la observación amorosa, estará tu sabiduría de mamá y sobre todo paciencia: ambos bebé y mamá se irán adaptando y conociendo poco a poco.

 

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Bebé recién nacido con mamá

A los pocos días de nacido, en este mes, deberás aplicarle la vacuna BCG, contra la tuberculosis. Se aplica por vía intradérmica, en la parte superior del brazo izquierdo. La reacción se manifiesta con un nódulo que llega a su máximo desarrollo alrededor de la 4ª semana luego de su aplicación, luego se rompe y cicatriza. 

 

El bebé al mes tiene reflejos de búsqueda, de succión, de prensión, de marcha, etc.
Reconoce la voz de la mamá y el papá, si éste tuvo convivencia, durante los últimos meses del embarazo.
Puede girar la cabeza de un lado a otro, levantando levemente el cuerpo con sus brazos, si lo colocamos con su abdomen hacia abajo.
Flexiona los miembros superiores e inferiores y tiene las manos casi todo el tiempo, cerradas (posición fetal). 
Abre y cierra las manos y mueve los miembros superiores, cuando está contento y toma tu dedo cada vez que se lo acercas para apretar.

 

Una de las preocupaciones más comunes de la mamá es si el aumento de peso del bebé es el correcto, ya que ésta es la prueba de que se alimenta bien, lo que chequeará el pediatra. Si es criado a pecho debería recuperar, a las dos semanas de vida, el peso con el cual nació y a partir de allí debería aumentar entre 170 y 225 gramos por semana durante los meses siguientes. Otras pruebas de que se alimenta correctamente son: si toma el pecho con una frecuencia promedio de 8 a 12 ingestas en 24 horas, si podés escucharlo tragar mientras toma el pecho, si a partir del tercer día de vida, humedece el pañal entre 5 a 6 veces y tiene unas 2 a 5 deposiciones diarias, si el bebé se ve atento y con apariencia saludable, con un buen color de piel y crece en largo y en circunferencia craneana.

 

Los bebés lloran por muchas razones, es una manera de comunicarse. A medida que lo vayas conociendo, vas a reconocer la diferencia entre cada tipo de llanto. Luego, podrás darle lo que necesite. 
Atender al bebé cuando llora, no es malcriarlo. Ayuda al bebé a sentirse amado y seguro. Si tenés dudas, lo primero que podés hacer cuando llora es ofrecerle de comer. Si ponés atención a cuándo quiere comer y cuándo no, aprenderás a distinguir entre el llanto que significa que tiene hambre y el llanto que significa que está incómodo o que quiere tu atención. A veces, querrá que lo cargues. A veces, querrá que le cambies el pañal y otras veces estará cansado, nervioso o aburrido. Sonreíle, tocalo y hablale lo más que puedas. Hacélo cuando le des de comer, le cambies el pañal o cuando le des un baño. Aprenderá a confiar en que vos lo vas a cuidar. 
Cada bebé es distinto. A veces, lloran aún cuando no tienen hambre, cuando su pañal está limpio o cuando están sanos. Hay muchas cosas que podés hacer para consolarlo.. Hablarle, cantarle suavemente o ponerle música suave.
Si después de intentar todo el bebé sigue llorando, mantené la calma, porque los bebés saben cuando estás molesta. No siempre podrás consolar a tu hijo. Si llora demasiado, una consulta al pediatra finalmente podrá responderte si todo está bien

Puede dormir de dos a tres horas entre comidas. A veces duermen hasta cinco horas seguidas por la noche; algunos empiezan a dormir toda la noche cuando tienen tres meses de edad pero otros recién cuando cumplen 1 ó 2 años. Por lo general, es mejor que dejes que el bebé fije su propio horario. 
Si prefiere dormir más durante el día, y como resultado, se despierta durante la noche, algo que podés hacer para cambiar esta costumbre es tratar de mantenerlo despierto hablándole y jugando con Él tiernamente. 
A medida que crezca, dormirá más por la noche y se quedará despierto más durante el día. 
Siempre acostá a tu bebé boca arriba. 

Los bebés tienen posibilidades sociales. Desde el principio, al bebé le interesa mucho la cara de su mamá. Nota sus expresiones y el tono de su voz. Reacciona a sus emociones. Por ejemplo, cuando vos le hablás en un tono suave y tierno, él se relaja y se siente más seguro. 
Se ha comprobado científicamente que los bebés muestran sus emociones desde el primer mes de vida. También se ha encontrado que cuando están contentos aprenden mejor y están más alertas, atentos y receptivos. Se acuerdan mejor de las cosas cuando están felices y relajados. La manera como vos lo alzás y le hablás puede ayudarle a sentirse feliz. 

Podés mostrarle un juguete que se desplace sobre él para que lo siga con la vista o colocarle un móvil con música para que escuche y vea. 
Pasarán por momentos de dificultad y angustia. Esto no los lastimará. De hecho, sentir emociones negativas por momentos cortos puede ser útil para tu hijo, pero vos debés hacer algo para ayudarle a que se sienta mejor. Así él sabrá que a vos te importa lo que trata de comunicarte. 
En el primer mes, la emoción negativa que existe es la angustia o la reacción al dolor. Más adelante, el bebé expresará tristeza y enojo, y luego miedo. Toda persona tiene estas emociones para protegerse. Ayudá a tu bebé a aceptarlas. Reaccioná a sus emociones con mucho amor y ternura. 

Sabrás cómo se siente al verle la cara, la postura, los movimientos y escuchando los sonidos que haga. Aunque pasarán meses antes de que articule su primera palabra, comenzará a aprender del lenguaje mucho antes. Pueden distinguir entre una palabra y un sonido, entre la voz de un hombre y la voz de una mujer y reconocen la voz de su mamá entre la de otras mujeres. Los investigadores piensan que esto se debe a la manera como ya funcionan ciertas partes del cerebro del bebé. 
Mucho antes de que pueda hablar, usa movimientos o sonidos específicos para decir lo que quiere y que no quiere. Algunas personas le llaman a esto las “señales” del bebé. 
Con sólo llorar o ponerse quisquilloso puede comunicarle que necesita algo. También puede decirle cuando algo o alguien le agrada con sólo fijar la mirada. Los bebés aprenden mejor a comunicar lo que les gusta y lo que no les gusta cuando ven que sus papás responden de una manera positiva. 

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